Hola,
Soy Ingrid Soriano
A veces, el camino hacia la espiritualidad no comienza con grandes revelaciones, sino con pequeñas señales que, poco a poco, transforman nuestra vida. Cuando el universo empieza a susurrarme a través de números, encuentros inesperados y momentos de introspección, supe que no podía ignorar el llamado.
Esta es mi historia, un viaje lleno de descubrimientos, aprendizajes y una conexión profunda con el mundo angelical. A través de este recorrido, descubrí dones ocultos y aprendí a vivir guiada por la intuición, la sanación y la manifestación consciente.

Mi historia
Mi viaje hacia la espiritualidad comenzó de forma inesperada. Todo inició cuando empecé a ver Horas Espejo constantemente. No importaba la hora o el lugar, los números se repetían frente a mí como si intentaran decirme algo. Entre todos, el número 44 apareció una y otra vez, convirtiéndose en una presencia constante en mi vida, que hasta el día de hoy me sigue acompañando.
Movida por la curiosidad, comencé a investigar el significado de estas señales. Fue entonces cuando escuché por primera vez sobre la glándula pineal. No sabía mucho al respecto, pero algo dentro de mí me impulsó a aprender más. ¿Qué era? ¿Para qué servía? Al buscar respuestas, no solo descubrí información, sino que también me encontré con grupos de espiritualidad que hablaban de estos temas con una profundidad que me fascinó.
A medida que me sumergía en este mundo, comprendí que podía pedir señales al universo y a los ángeles. Un día, con el corazón abierto, dije: “Universo, si esto es real, tráeme a las personas que me enseñarán sobre este camino.” Y el universo respondió. Comencé a conocer personas que practicaban radiestesia, una técnica que me dejó maravillada. Ver cómo obtenían respuestas a través de la energía fue revelador, y cada encuentro me hacía sentir más conectada con este nuevo mundo.
Pero algo más estaba ocurriendo dentro de mí. Empecé a notar que, en momentos de calma, llegaba información espontáneamente a mi mente. Estaba tranquila, sin pensar en nada específico, y de repente, sentía que algo “bajaba” hacia mí. Al principio, no entendía qué era, pero pronto me di cuenta de que estaba canalizando mensajes. Este descubrimiento me llevó a explorar más profundamente mis dones.
La ruptura de una relación importante también marcó un punto de inflexión en mi vida. En lugar de dejarme vencer por el dolor, decidí que tenía dos opciones: quedarme estancada o salir adelante. Fue así como comencé a meditar con más frecuencia, encontrando en la meditación un refugio y una herramienta para sanar. Durante este proceso, supe que debía trabajar en aspectos como mi niña interior y sanar karmas que había cargado por mucho tiempo.
Fue entonces cuando el tarot llegó a mi vida. Nunca había pensado en estudiarlo, pero el universo tenía otros planes. Una persona con la que había tenido mi primera canalización me dijo: “Alguien pagó varios cursos y quiero que tú estés allí.” Sin haberlo planeado, acepté. Desde la primera clase, sentí una conexión profunda. Comencé a canalizar con cada uno de los arcanos del tarot, recibiendo mensajes que iban más allá de las cartas. Esa información, que conecta el tarot con los ángeles y la sanación, es algo que ahora comparto en redes sociales.
Más adelante, llegó a mí el Diplomado Angelical, una experiencia que potenció aún más mi capacidad de canalizar. Gracias a este aprendizaje, pude empezar a entregar mensajes canalizados a otras personas, transformando mi pasión en un servicio para ayudar a quienes buscan guía espiritual.
La espiritualidad me ha enseñado a atraer cosas positivas a mi vida. He aprendido a abrir mi energía para recibir oportunidades, cursos, maestros y conexiones que jamás imaginé. También he explorado el poder de los rituales de manifestación y continuado mi propio proceso de sanación, un camino que aún transito con amor y paciencia.
Hoy, además de ser canalizadora, he descubierto que soy clarividente. Puedo conectar con mis guías, ver mis animales de poder y recibir mensajes a través de la meditación y los sueños. En este momento, trabajo comunicándome con mascoticas vivas y trascendidas, entregando esos mensajes de amor que siempre tienen para nosotros, y aprendiendo cada día más de la sabiduría que me muestran en cada sesión.
Esta es mi historia, un camino de señales, sanación y conexión profunda con el universo. Y sé que aún hay mucho más por descubrir. ✨




